lunes, 27 de agosto de 2012

Es el ateismo una religion?


Quienes somos ateos somos seguidores de un "predicador"?

Es claro que la pregunta proviene de un creyente.
Y, contrario a lo más razonable que se pudiere hacer, como es ignorar a quien hace
preguntas idiotas como esa, pues aquí va:

Inicialmente, pensé en leer un poco lo que los sitios de Richard Dawkins, Daniel Dennett y 
otros que la tienen clarísima. Por ejemplo, puedo colocar unos apartes del inicio del libro "El mundo y sus demonios" del extinto Carl Sagan sobre sus padres.

Pero esta vez comenzaré con escritos de mi propia inspiración, esto con el fin de contradecir 
desde el principio la tonta idea de que un ateo tiene, para los creyentes, la obligación 
por "sucesión lógica" de seguir a algo o alguien.

-Hay personas a las cuales aprecio en altísima medida, particularmente todos aquellos
que algo me han enseñado y que de algún modo han influído en mí. 

Sin embargo, en el caso de mi madre, cuando cumplí 16 años le dije que nunca 
más iría a una ceremonia religiosa.
Recientemente me rehusé a ser padrino cuando me enteré de que 
debía hacer un curso en una iglesia y estar en el bautizo del niño, 
pues para mí un sacerdote católico no tiene NADA que enseñarme al respecto.

Duras respuestas a personas de mi propia familia.


Bien, posiblemente estoy cometiendo un error táctico al defender con mi experiencia 
personal, error muy frecuente de los creyentes, mas creo no ser el único ateo que se ha enfrentado a la incomodidad de las réplicas de los familiares.



-Hace unos años conocí a verdaderos maestros con los cuales tuve la oportunidad de
interactuar con ellos como colegas y como ateos.
Pensaría entonces el creyente promedio que me he vuelto seguidor del grupo, pero no es así.

Por ejemplo, soy de los que ha sostenido que un tal Jesucristo, "verbatim" de los evangelios,
con milagros, resurrección y todas las majaderías conexas, nunca fueron hechos.

A lo sumo pudiera yo admitir la existencia de una sucesión de prestidigitadores y,
en términos modernos, culebreros adoctrinadores, y que alguno de tantos tuvo un nombre muy común para la época: Yeshua
Pero eso se ve hoy igualmente, como el filipino Apollo Quiboloy, el ruso Sergei Torop (Visalion), el inglés David Shayler, por mencionar a tres mendaces.


-Si ocurre que una voz dice "Soy dios, tírese por ese abismo que yo lo recibo",
por instinto de conservación se duda, se mira el fondo del hueco... Bueno, si aún así te vas a lanzar, usa cuerda de Bungee.
Acaso al pasar la calle no miras a ambos lados?

-Se ven cantidades de personas religiosas que siguen sin cuestionar, terribles recomendaciones de pastores, sacerdotes, chamanes, coaches y otros echeverris, ritos y tradiciones ridículas.

Anuncios de televisión de amuletos con trozos de madera de la cruz de Gólgota... Qué cruz tan grande! Más que Gulliver. Pudieras armar todo un bosque juntando todas esas reliquias. 
Simples amuletos inocuos, placebos con fines de lucro.

Ni siquiera el santo sudario que, aunque es una pieza que ningún científico ha podido explicar bien cómo se imprimió la imagen, la reconstrucción 3D me parece de un caucásico, 
incompatible con la fisonomía de los palestinos de la época. 
(Bueno, tal vez uno de esos "yeshuas" pudo haber sido hijo de un "lechero" francés, lo que pudiera explicar la supuesta migración de María al sur de Francia)... Véis lo que es un chisme?


Ahora, piensen en poner de acuerdo las voces de 20 ateos al tiempo:
Algo que caracteriza a algunos ateos es su sentido crítico, eso hace tan complicado que, aunque son bastantes, se organicen en un grupo consolidado. Pareciera que el simple intento les huele a manguala.

-Cuando un suceso resulta ser repetible en numerosos experimentos, conducidos por múltiples observadores, bajo las mismas condiciones, es un hecho, una teoría.
Por eso disiento de aquellos que dicen haber sido testigos o receptores directos de un milagro.
Los supuestos milagros son aún mas excluyentes que las sociedades de consumo.
Mientras los acaudalados de dichas sociedades pueden sumar menos de un 10% del total de población, los eventos autodenominados milagrosos "ocurren" en partes por billón (el estadounidense o el del SI según la credulidad).


Ser ateo es no creer algo por autoridad o por tradición, cuestionar la informacion que llega y verificarla hasta probar su repetibilidad, su veracidad, lo que en principio contradice el postulado de la pregunta inicial.

Lo malo del creyente es el terco convencimiento de su alucinación. Es como empujar una pared soplando.

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