viernes, 6 de julio de 2012

Del elusivo bosón y el lenguaje del científico


os medios han escrito recientemente acerca de la altísima probabilidad de haber encontrado, por medio de los energéticamente colosales experimentos en el Colisionador de Hadrones, a esa elusiva onda-partícula (corríjanme si me equivoco, pero esa es la aparentemente contraintuitiva dualidad que los sesudos de la mecánica cuántica han postulado), predicha hace 48 años, que le otorga la propiedad de masa (resistencia al avance) a las demás.

Las explicaciones en el noticiero de la BBC con bandejas llenas de azúcar y pelotas de ping pong de diferentes tamaños ayudan a que el resto de los mortales podamos comprender el fenómeno tras el campo de Higgs. 

Desde luego esperar ese mismo tipo de análisis en un noticiero local es como esperar peras de un olmo (siempre que éstre último no sea transgénico).

Igualmente, pocos tienen interés en conocer la verdadera historia acerca del origen del desafortunado apodo para el bosón: "la partícula de dios".
Desde el momento en que supe del apodo lo detesté, pensé que era una invención de algún imbécil periodista.

Bien, el origen del nombre proviene de la publicación del libro del Nóbel de Física Leon Lederman titulada:
"The God Particle: If the Universe Is the Answer, What Is the Question?"[1,2]

El propio Lederman se disculpa por el título:
"the publisher wouldn't let us call it the Goddamn Particle, though that might be a more appropriate title, given its villainous nature and the expense it is causing"

(El editor no nos permitió llamarlo 'la $%&* partícula', aunque hubiese sido un título más apropiado,
dada su naturaleza vil y los gastos que causa)


Aclaro que con $%&* no quiere decir que yo posea algún tipo de inhibición u objeción hacia las palabrotas, simplemente el asunto trata sobre la traducción al español de goddamn

Reuniendo sus componentes se tienen dios y maldito, maldición o similar.
Todo parece indicar que es algo como 'maldito por dios', mas no me parece que se ajusta completamente.

En forma aproximada pudiérase traducir como 'maldita' o 'puñetera', pues no se tiene un equivalente
castellano sencillo para goddamn, aunque existan expresiones calificadas de blasfemas como 'me cago en la ostia'.

Parece que ser maldito por dios es la máxima blasfemia, el máximo insulto, otra de las tontas ideas inculcadas por las religiones de corte semítico.

Al autor principal de la predicción de la elusiva onda-partícula, Higgs, no le gustó el apodo para su descubrimiento.

A mí tampoco me gusta, pues, si bien no entiendo las cosas al nivel de los físicos, entiendo lo suficiente para considerar un gran error, tanto de Lederman como del editor, haber llegado a un consenso con tan desafortunado y confuso título, tal vez con un afán comercial.


Lo malo es que el apodo "cala" en todo aquel que con dificultad quiera informarse, o que quiera ver las cosas a su manera creacionista, y termina por considerar la posibilidad de que en el CERN están gastando dinero en cantidades para demostrar la existencia de dios. 
Por ello fue un colosal error la aceptación el término god dentro del título.

El otro asunto tiene que ver con la atribución de una característica tan humana como la maldad a una partícula, de la cual, hasta donde se sabe, no nos ha expresado tan siquiera su deseo de comunicarse o simplemente ser abiertamente hostil y liquidarnos. No hay tal.

Simplemente ha sido una partícula esquiva, furtiva (elusive,sneaky),  a la cual, hasta ahora y casi con certeza, se le están detectando las "migajas" que deja a su paso tras una espectacular colisión de fermiones.

La divulgación de la ciencia, en particular de la mecánica cuántica, dada la escala dimensional que maneja, requiere el uso de analogías con componentes de mayor escala, o como dice al final del prefacio de [3] 
"... y de modo especial a los críticos indomables que insistieron en que podría enseñárseles la física tan sólo con que se obligara a su profesor a explicarse debidamente."

Y también es entendible el uso de actitudes humanas en el lenguaje, debido a la inevitable condición antrópica del público al que va la explicación.

Pero debe tenerse una mejor selección de palabras, en especial en el título de un libro.
Y con mayor razón si se profesa científico y ateo.

[1] http://en.wikipedia.org/wiki/The_God_Particle:_If_the_Universe_Is_the_Answer,_What_Is_the_Question%3F
[2] http://faculty.washington.edu/lynnhank/Lederman2.pdf
[3] March, Robert. Física para poetas.

1 comentario:

  1. He estado leyendo el libro de Lederman, muy, muy bueno. En el aparte denominado "El misterioso señor Higgs", pone sobre el bosón de Higgs:

    "Hasta tal punto es el centro del estado actual de la física, tan crucial es para nuestro conocimiento final de la estructura de la materia y tan esquivo sin embargo, que le he puesto un apodo: La Partícula Divina. ¿Por qué la Partícula Divina? Por dos razones. La primera que el editor no nos dejaría llamarla la Partícula Maldita Sea, aunque quizá fuese un título más apropiado, dada su villana naturaleza y el daño que está causando. Y la segunda, que hay cierta conexión, traída por los pelos, con otro libro, un libro mucho más viejo..."

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