A raíz de la infortunada caída en la credulidad de alguien que conozco, escribo estas líneas.
No existe tal cosa como la justicia divina, mas existe
la justicia humana (cuando por conjunción de las circunstancias correctas se pilla al pícaro en el momento oportuno) y del mismo modo la injusticia humana.
En efecto,
existen personas a las que simple y llanamente no les importa hacerle daño a otros con tal de recibir beneficio. Algunos de ellos incluso
se consideran a sí mismos como benefactores de la sociedad...
Y no carecen de adeptos.
?Qué son los autonombrados chamanes,
tarotistas, astrólogos, homeópatas y conexos?
Es hora de llamarlos como lo que son: melifluos vendedores de placebos y estafadores.
Y no deben ser ni por un momento subestimados, son realmente
peligrosos para la sociedad.
El obsoleto modelo astronómico geocéntrico ptolemaico en el que se basa la astrología no tiene fundamentos para ser en ningún caso norte, consejero y base de nuestras vidas y sin embargo hay quienes siguen consejos de semejantes necios. !Júpiter es 1000 veces mayor que la Tierra pero por su distancia a nosotros no puede atraer ni una mosca hacia él!
?Acaso no es preocupante saber que se pretende curar enfermedades con goticas de agua con un 0,000000000000000000000000000000000000000000000000000000000001% de ingrediente "activo"?
Al menos los que fundan religiones predican en público sus extrañas ideas, pero algunos de estos desgraciados teguas autocalificados mantienen sus oscuros métodos en la sombra... Y la araña espera en su cueva.
Lo que estos mercaderes metafísicos predican, como por ejemplo su supuesta
capacidad para realizar maleficios, posesiones y en el otro extremo curaciones milagrosas, atracción del ser amado, adivinación de números y otras supercherias, no es más que palabrería e histrionismo, pero en algunos casos estas capacidades se fundamentan en las relaciones que ese submundo de tahures tiene con toda una serie de malviventes de todos los tamaños formas,
sabores y colores.
Por su forma de trabajar en redes, los chamanes son una especie de mafia.
Se conoce de casos en los cuales sus víctimas, cuando se dan cuenta del engaño y reclaman su dinero son llevadas a parajes solitarios y nunca regresan.
Y ni estos mismos mercaderes de influencias inexistentes están seguros en su propio territorio, pues tratan con personas de comportamiento volátil, corrupto y degenerado.
Viven y se aprovechan de la falta de oportunidades que lamentablemente la sociedad fomenta, del precario sistema de salud pública, de la vulnerabilidad de la gente, en particular ante la pobreza, de su baja autoestima, de sus inseguridades, de su
ignorancia de las verdaderas leyes naturales, de la pereza, el cortoplacismo y
el ocio de sus victimas.
Se aprovechan de
trucos de magia, sustancias alucinógenas, presentan vivencias a la postre comunes a mucha gente como prueba de su supuesto poder de adivinación, pero al final de cuentas se trata de técnicas verbales de persuasión y recolección de información.
Y cómo no caer en sus redes?
-Desde el principio ni siquiera se debe interactuar con ellos, pues se parecen a los licores dulzones en que gradualmente se llega a una horrible embriaguez sin notarlo hasta que es tarde.
-De eso tan bueno no dan tanto, dice el (que no es tan) bobo: Es imperativo mantenerse escéptico, no creer en cuentos demasiado elaborados, tener verdadero sentido común, solicitar pruebas repetibles, demostrables.
-Tener actividades constructivas. Como aquellos que ya no están con nosotros y que araron hasta su último día o hasta que no pudieron levantarse de la cama.
-El dinero se gana trabajando, carajo.
-Pero sobre todo: No creer en fenómenos sobrenaturales, pues esto es como una apuesta pascaliana, (donde por principio de operación no se cree por convicción sino tras un confusamente inmerecido beneficio tangible) solamente que el resultado final puede ser mucho peor, pues serias consecuencias morales le esperan a aquellas personas que logran sobrevivir a las artimañas de estos badulaques.
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