martes, 30 de julio de 2013

La docena del diablo

Pudiera referirme con el título al hecho de sentarse trece personas en una mesa, fomentando la triskaidekafobia, propia de tantos pueblos influenciados por la religión, ejemplo:
"Dreizehn ist der Teufels Dutzend"
http://www.hispanoteca.eu/Foro-preguntas/ARCHIVO-Foro/Martes%20y%20trece.htm


O bien, llamar la atención sobre la picardía de los rechonchos frailes y su particular docena.
http://hombrerefranero.blogspot.com/2012/08/la-docena-del-fraile.html


Pero en realidad quiero publicar la traducción de un cuento sobre los trece protagonistas de una historia bastante grüsom, la cual tiene una muy estrecha y desafortunada relación con las historias (alucinaciones, mitos) en las que ciertos grupos de personas creen.
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El cuento de los doce oficiales (2002)

Mark I. Vuletic

(Anteriormente «Los cinco oficiales" (2000), y luego cambió a "Los Nueve oficiales" (2001), Vuletic ha hecho ahora la actualización final de este ensayo para incluir un total de doce puntos de vista)

Era, por supuesto, triste saber que la Sra. K había sido violada y asesinada lentamente por un matón común durante el transcurso de una hora y cincuenta y cinco minutos, pero cuando me enteré de que la terrible experiencia se había realizado a la vista de doce oficiales de policía fuera de turno, totalmente armados, que ignoraron sus terroríficos gritos de ayuda y en cambio solamente observaron hasta que el acto continuase hasta su espantoso final, me encontré frente a una crisis personal. Verá usted, todos los oficiales habían sido amigos muy cercanos a mí, pero entonces  encontré mi confianza en ellos sacudida hasta sus cimientos. Afortunadamente, tuve la oportunidad de hablar con ellos después y preguntarles cómo pudieron ellos haberse mantenido al margen y sin hacer nada, cuando tan fácilmente podrían  haber salvado a la Sra. K.

"Pensé en intervenir", dijo el primer oficial ", pero se me ocurrió que era obviamente mejor que el asesino pudiese ejercer su libre albedrío, que tener que restringírselo. Lamento profundamente las decisiones que tomó, pero ese es el precio de tener un mundo con agentes libres. ¿Preferirías que cada persona en el mundo sea un robot? Las opciones del atacante no estaban bajo mi control, así que no puedo ser considerado responsable por sus acciones. "

"Bueno," dijo el segundo oficial, "mi motivación fue un poco diferente. Estaba a punto de disparar mi pistola contra el asesino cuando me dije a mí mismo:" Pero espera, ¿no sería ésta una oportunidad perfecta para algún transeúnte desarmado para ejercer el heroísmo desinteresado, en el caso de pasar cerca? Si yo tuviera que intervenir todo el tiempo como si estuviera a disposición, entonces nadie sería capaz de ejercer esa virtud. De hecho, toda persona probablemente se convertiría en malcriada y egocéntrica si yo fuera a prevenir todo acto de violación y asesinato. He ahí que me abstuve. Es lamentable que al final nadie se presentara a intervenir heroicamente, pero ese es el precio de tener un universo donde la gente puede mostrar virtud y madurez. ¿Preferirías que el mundo fuese nada más que amor, paz y rosas? "

"Ni siquiera consideré intervenir", dijo el tercer oficial. "Probablemente lo habría hecho si no hubiera tenido tanta experiencia de la vida como un todo, ya que la violación y el asesinato de la Sra. K ciertamente parece bastante horrible cuando se analiza como un hecho aislado. Pero cuando se pone en el contexto junto al resto de la vida en general, éste en realidad se suma a la belleza de un gran cuadro. Los gritos de la Sra. K. eran como las notas discordantes que hacen a las finas piezas musicales mejores de lo que hubieran sido si todas sus notas fuesen impecables. En realidad, casi no podía evitar ondear mis manos, imaginando que me dejaba llevar por los delicados matices de la orquesta".

"Cuando llegué por primera vez a la escena, en efecto saqué mi pistola y apunté directo a la cabeza del violador", confesó el cuarto oficial, con una gran mirada de culpa en su cara. "Estoy profundamente avergonzado de haber hecho eso. ¿Sabes lo cerca que estuve de destruir toda la bondad del mundo? Quiero decir, todos sabemos que no puede haber bondad sin maldad. Afortunadamente, lo recordé justo a tiempo, y una ola de fuertes náuseas vino sobre mí cuando me di cuenta de lo que casi había hecho, la cual golpeó  mis manos y rodillas. Hombre, estuvo cerca."

"Mira, realmente no tiene sentido en que yo trate de explicarle los  detalles a usted", dijo el quinto oficial, que habíamos apodado 'Cerebrito' porque él tenía un conocimiento enciclopédico de literalmente todo y un coeficiente intelectual fuera de serie. "Hay una muy buena razón por la cual yo no intervine, pero es muy complicado que usted la entienda, así que ni siquiera me tomaré la molestia de tratar. Quiero decir, usted sabe que usted no es ni de lejos tan entendido como yo, por lo que ¿Qué derecho tiene usted para juzgar? Sin embargo, para que no haya ningún malentendido, permítame señalarle que nadie podría preocuparse más por la Sra. K. que yo, y que yo soy, en realidad, una muy buena persona. Eso lo dice todo".

"Yo hubiera defendido a la Sra. K", dijo el sexto oficial, notoriamente receloso de ser visto, "pero simplemente no era viable. Verá usted, yo quiero que todos elijan libremente creer en mí. Pero si tuviera que intervenir cada vez que alguna persona está a punto de ser violada o asesinada, entonces la evidencia sería tan clara que todo el mundo se vería obligado a creer en mí. ¿Se imagina una infracción más diabólica al libre albedrío de la gente? Obviamente, era mejor que me hiciese a un lado y dejar que la Sra. K fuese violada y asesinada. Ahora todos pueden libremente elegir el creer que existe este extraordinario policía por ahí, que los ama como a sus propios hijos".

"¿De qué te estás quejando?" -exclamó el séptimo oficial cuando me volví hacia él, con su ceño fruncido en exasperada incredulidad. "¡Acabo de salvar a una mujer de ser violada y asesinada la semana pasada! ¿Tengo que intervenir cada vez que veo algo así a punto de suceder? Yo diría que el hecho de que más mujeres no sean violadas y asesinadas en esta ciudad es casi un milagroso testimonio de mi bondad".
El octavo oficial parecía, igualmente, frustrado. "¡Nada de lo que hago es suficientemente bueno! ¿Sabes cuán peor podría haber sido? El matón en realidad tenía un soplete con él cuando empezó, pero me dije:" De ninguna manera, no en mi turno", y lo tiré lejos de él con mi porra. Claro, le permití conservar la navaja, los alicates, la percha y el frasco de ácido, ¡pero imagine cuán peor hubiera sido el evento con un soplete! La Sra. K debería haberle agradecido a sus estrellas de la suerte que alguien tan amoroso estaba allí para cuidar de ella".

"Voy a compartirte un secreto", dijo el noveno oficial. "Momentos después de que la Sra. K. hubiera expirado, la resucité y trasladé a un centro turístico tropical en el que ella está ahora experimentando una extraordinaria felicidad y su terrible experiencia es tan sólo un recuerdo lejano. Estoy seguro de que estarías de acuerdo en que eso es más que suficiente compensación por su sufrimiento, así que el hecho de que me quedé allí observando en lugar de intervenir no afecta en absoluto mi bondad".

El décimo oficial nos dio a todos una sorpresa cuando reveló un sorprendente secreto sobre la Sra. K. "Yo la diseñé mediante ingeniería genética, a partir de cero. Yo la hice, por lo tanto ella es mi propiedad y puedo hacer lo que quiera con ella. Podría violarla y asesinarla yo mismo si tuviese tales inclinaciones y ello no sería peor que desgarrar un trozo de papel que usted tenga a la mano. Así que no puede argüirse que yo haya sido una mala persona por no haberla ayudado".

El undécimo oficial intervino, señalando al décimo oficial "Yo lo contraté para que me crease a la Sra. K, porque yo quería a alguien que me amase y adorase. Pero cuando le referí a la Sra. K sobre tal asunto, ella de hecho me rechazó, ¡como si ella pudiera encontrar aceptación y felicidad en otra persona! Así que decidí que lo más amoroso por hacer sería romper su voluntad realizando arreglos para que fuese  violada y asesinada por un delincuente común,  así ella podría recurrir a mí en su extraordinario sufrimiento, cumpliendo así el propósito para el cual ella había sido creada. ¡Bueno, misión cumplida, estoy feliz de decirlo! Unos segundos antes de morir, ella estaba tan llena de locura con su terror y dolor que ella realmente se convenció de que me amaba, desde que supo que sólo yo podría terminar con su calvario. Nunca olvidaré el amor en sus ojos cuando me miró por última vez, pidiendo clemencia, justo antes de que el delincuente se agachara y le cortase la garganta. Era tan hermosa que todavía me hace llorar. Ahora sólo tengo que ir a esa isla para que ella pueda recibir el premio por su servidumbre".

"Bueno, esto es una gran coincidencia", se rió el duodécimo oficial. "¡Parece que el matón obtuvo doble paga, porque en efecto también lo contraté para llevar a cabo el asesinato! ¿Por qué? Oh, fue tan sólo una prueba. La Sra. K y yo habíamos estado saliendo desde hace algún tiempo (sin ánimo de ofender, yo no sabía que ella era propiedad de otra persona) y una hermosa noche, ella finalmente me dijo que me amaba. Así que, naturalmente, yo quería ver si esto era en realidad  amor -. Esto es, si ella iba a seguir adorándome, incluso mientras se  ahogaba en el mar de sus propias lágrimas y sangre, estando yo ante ella sin hacer nada".

A estas alturas, estaba claro para mí que cualquier dificultad que podría haber tenido para conciliar la supuesta bondad de estos funcionarios con su comportamiento de ese día era infundada, y que cualquiera que se alineara en contra de ellos podría hacerlo sólo por afinidad con la maldad en lugar de la bondad. Después de todo, cualquiera que haya experimentado su amistad de la manera que lo he hecho, sabrá que ellos son buenos. Su bondad es aún manifiesta en mi vida - Yo estaba en ruinas antes de conocerlos, pero ahora todos comentan sobre cómo he cambiado como persona, que soy mucho más amable y más feliz, al parecer poseído por una calma interior. Y he conocido a tantos otros que se sienten de la misma manera acerca de ellos mismos – es por eso que muchos, así como yo, conocen de corazón la verdad que otros tratan de racionalizar y descartar con su fría razón y lógica estéril. Me da vergüenza que alguna vez haya yo dudado del derecho de los doce oficiales a mi lealtad y mi amor.

Cuando estaba listo para salir, el primer oficial habló de nuevo. "Por cierto, yo también creo que deberías saber que cuando nos quedamos viendo cómo la Sra. K. era violada y apuñalada una y otra vez, estábamos sufriendo junto con ella, y experimentamos exactamente el mismo dolor que ella tuvo, o tal vez más". Y todos en la sala, incluido yo mismo, asentimos con la cabeza en señal de mutuo acuerdo.

Traducido de:
http://www.infidels.org/library/modern/mark_vuletic/five.html

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