"Dreizehn ist der Teufels Dutzend"
http://www.hispanoteca.eu/Foro-preguntas/ARCHIVO-Foro/Martes%20y%20trece.htm
O bien, llamar la atención sobre la picardía de los rechonchos frailes y su particular docena.
http://hombrerefranero.blogspot.com/2012/08/la-docena-del-fraile.html
Pero en realidad quiero publicar la traducción de un cuento sobre los trece protagonistas de una historia bastante grüsom, la cual tiene una muy estrecha y desafortunada relación con las historias (alucinaciones, mitos) en las que ciertos grupos de personas creen.
.
El cuento de los doce oficiales (2002)
Mark I. Vuletic
(Anteriormente
«Los cinco oficiales" (2000), y luego cambió a "Los Nueve
oficiales" (2001), Vuletic ha hecho ahora la actualización final de este
ensayo para incluir un total de doce puntos de vista)
Era,
por supuesto, triste saber que la Sra. K había sido violada y asesinada
lentamente por un matón común durante el transcurso de una hora y cincuenta y
cinco minutos, pero cuando me enteré de que la terrible experiencia se había
realizado a la vista de doce oficiales de policía fuera de turno, totalmente
armados, que ignoraron sus terroríficos gritos de ayuda y en cambio solamente
observaron hasta que el acto continuase hasta su espantoso final, me encontré
frente a una crisis personal. Verá usted, todos los oficiales habían sido
amigos muy cercanos a mí, pero entonces encontré
mi confianza en ellos sacudida hasta sus cimientos. Afortunadamente, tuve la
oportunidad de hablar con ellos después y preguntarles cómo pudieron ellos haberse
mantenido al margen y sin hacer nada, cuando tan fácilmente podrían haber salvado a la Sra. K.
"Pensé
en intervenir", dijo el primer oficial ", pero se me ocurrió que era
obviamente mejor que el asesino pudiese ejercer su libre albedrío, que tener
que restringírselo. Lamento profundamente las decisiones que tomó, pero ese es
el precio de tener un mundo con agentes libres. ¿Preferirías que cada persona en
el mundo sea un robot? Las opciones del atacante no estaban bajo mi control,
así que no puedo ser considerado responsable por sus acciones. "
"Bueno,"
dijo el segundo oficial, "mi motivación fue un poco diferente. Estaba a
punto de disparar mi pistola contra el asesino cuando me dije a mí mismo:"
Pero espera, ¿no sería ésta una oportunidad perfecta para algún transeúnte
desarmado para ejercer el heroísmo desinteresado, en el caso de pasar cerca? Si
yo tuviera que intervenir todo el tiempo como si estuviera a disposición,
entonces nadie sería capaz de ejercer esa virtud. De hecho, toda persona probablemente
se convertiría en malcriada y egocéntrica si yo fuera a prevenir todo acto de
violación y asesinato. He ahí que me abstuve. Es lamentable que al final nadie
se presentara a intervenir heroicamente, pero ese es el precio de tener un
universo donde la gente puede mostrar virtud y madurez. ¿Preferirías que el
mundo fuese nada más que amor, paz y rosas? "
"Ni
siquiera consideré intervenir", dijo el tercer oficial.
"Probablemente lo habría hecho si no hubiera tenido tanta experiencia de la
vida como un todo, ya que la violación y el asesinato de la Sra. K ciertamente
parece bastante horrible cuando se analiza como un hecho aislado. Pero cuando
se pone en el contexto junto al resto de la vida en general, éste en realidad se suma a
la belleza de un gran cuadro. Los gritos de la Sra. K. eran como las notas
discordantes que hacen a las finas piezas musicales mejores de lo que hubieran
sido si todas sus notas fuesen impecables. En realidad, casi no podía evitar ondear
mis manos, imaginando que me dejaba llevar por los delicados matices de la
orquesta".
"Cuando
llegué por primera vez a la escena, en efecto saqué mi pistola y apunté directo
a la cabeza del violador", confesó el cuarto oficial, con una gran mirada de
culpa en su cara. "Estoy profundamente avergonzado de haber hecho eso.
¿Sabes lo cerca que estuve de destruir toda la bondad del mundo? Quiero decir,
todos sabemos que no puede haber bondad sin maldad. Afortunadamente, lo recordé
justo a tiempo, y una ola de fuertes náuseas vino sobre mí cuando me di cuenta
de lo que casi había hecho, la cual golpeó mis manos y rodillas. Hombre, estuvo cerca."
"Mira,
realmente no tiene sentido en que yo trate de explicarle los detalles a usted", dijo el quinto
oficial, que habíamos apodado 'Cerebrito' porque él tenía un conocimiento enciclopédico
de literalmente todo y un coeficiente intelectual fuera de serie. "Hay una
muy buena razón por la cual yo no intervine, pero es muy complicado que usted
la entienda, así que ni siquiera me tomaré la molestia de tratar. Quiero decir,
usted sabe que usted no es ni de lejos tan entendido como yo, por lo que ¿Qué
derecho tiene usted para juzgar? Sin embargo, para que no haya ningún
malentendido, permítame señalarle que nadie podría preocuparse más por la Sra.
K. que yo, y que yo soy, en realidad, una muy buena persona. Eso lo dice todo".
"Yo
hubiera defendido a la Sra. K", dijo el sexto oficial, notoriamente receloso
de ser visto, "pero simplemente no era viable. Verá usted, yo quiero que
todos elijan libremente creer en mí. Pero si tuviera que intervenir cada vez
que alguna persona está a punto de ser violada o asesinada, entonces la
evidencia sería tan clara que todo el mundo se vería obligado a creer en mí. ¿Se
imagina una infracción más diabólica al libre albedrío de la gente? Obviamente,
era mejor que me hiciese a un lado y dejar que la Sra. K fuese violada y asesinada.
Ahora todos pueden libremente elegir el creer que existe este extraordinario
policía por ahí, que los ama como a sus propios hijos".
"¿De
qué te estás quejando?" -exclamó el séptimo oficial cuando me volví hacia
él, con su ceño fruncido en exasperada incredulidad. "¡Acabo de salvar a
una mujer de ser violada y asesinada la semana pasada! ¿Tengo que intervenir
cada vez que veo algo así a punto de suceder? Yo diría que el hecho de que más
mujeres no sean violadas y asesinadas en esta ciudad es casi un milagroso
testimonio de mi bondad".
El
octavo oficial parecía, igualmente, frustrado. "¡Nada de lo que hago es
suficientemente bueno! ¿Sabes cuán peor podría haber sido? El matón en realidad
tenía un soplete con él cuando empezó, pero me dije:" De ninguna manera,
no en mi turno", y lo tiré lejos de él con mi porra. Claro, le permití
conservar la navaja, los alicates, la percha y el frasco de ácido, ¡pero imagine
cuán peor hubiera sido el evento con un soplete! La Sra. K debería haberle agradecido
a sus estrellas de la suerte que alguien tan amoroso estaba allí para cuidar de
ella".
"Voy
a compartirte un secreto", dijo el noveno oficial. "Momentos después de
que la Sra. K. hubiera expirado, la resucité y trasladé a un centro turístico
tropical en el que ella está ahora experimentando una extraordinaria felicidad
y su terrible experiencia es tan sólo un recuerdo lejano. Estoy seguro de que
estarías de acuerdo en que eso es más que suficiente compensación por su
sufrimiento, así que el hecho de que me quedé allí observando en lugar de
intervenir no afecta en absoluto mi bondad".
El
décimo oficial nos dio a todos una sorpresa cuando reveló un sorprendente
secreto sobre la Sra. K. "Yo la diseñé mediante ingeniería genética, a
partir de cero. Yo la hice, por lo tanto ella es mi propiedad y puedo hacer lo
que quiera con ella. Podría violarla y asesinarla yo mismo si tuviese tales inclinaciones
y ello no sería peor que desgarrar un trozo de papel que usted tenga a la mano.
Así que no puede argüirse que yo haya sido una mala persona por no haberla ayudado".
El
undécimo oficial intervino, señalando al décimo oficial "Yo lo contraté
para que me crease a la Sra. K, porque yo quería a alguien que me amase y adorase.
Pero cuando le referí a la Sra. K sobre tal asunto, ella de hecho me rechazó, ¡como
si ella pudiera encontrar aceptación y felicidad en otra persona! Así que
decidí que lo más amoroso por hacer sería romper su voluntad realizando
arreglos para que fuese violada y asesinada
por un delincuente común, así ella
podría recurrir a mí en su extraordinario sufrimiento, cumpliendo así el
propósito para el cual ella había sido creada. ¡Bueno, misión cumplida, estoy
feliz de decirlo! Unos segundos antes de morir, ella estaba tan llena de locura
con su terror y dolor que ella realmente se convenció de que me amaba, desde
que supo que sólo yo podría terminar con su calvario. Nunca olvidaré el amor en
sus ojos cuando me miró por última vez, pidiendo clemencia, justo antes de que
el delincuente se agachara y le cortase la garganta. Era tan hermosa que
todavía me hace llorar. Ahora sólo tengo que ir a esa isla para que ella pueda
recibir el premio por su servidumbre".
"Bueno,
esto es una gran coincidencia", se rió el duodécimo oficial. "¡Parece
que el matón obtuvo doble paga, porque en efecto también lo contraté para llevar a cabo el asesinato! ¿Por
qué? Oh, fue tan sólo una prueba. La Sra. K y yo habíamos estado saliendo desde
hace algún tiempo (sin ánimo de ofender, yo no sabía que ella era propiedad de
otra persona) y una hermosa noche, ella finalmente me dijo que me amaba. Así
que, naturalmente, yo quería ver si esto era en realidad amor -. Esto es, si ella iba a seguir adorándome,
incluso mientras se ahogaba en el mar de
sus propias lágrimas y sangre, estando yo ante ella sin hacer nada".
A
estas alturas, estaba claro para mí que cualquier dificultad que podría haber
tenido para conciliar la supuesta bondad de estos funcionarios con su
comportamiento de ese día era infundada, y que cualquiera que se alineara en
contra de ellos podría hacerlo sólo por afinidad con la maldad en lugar de la bondad.
Después de todo, cualquiera que haya experimentado su amistad de la manera que lo
he hecho, sabrá que ellos son buenos. Su bondad es aún manifiesta en mi vida -
Yo estaba en ruinas antes de conocerlos, pero ahora todos comentan sobre cómo
he cambiado como persona, que soy mucho más amable y más feliz, al parecer
poseído por una calma interior. Y he conocido a tantos otros que se sienten de
la misma manera acerca de ellos mismos – es por eso que muchos, así como yo, conocen
de corazón la verdad que otros tratan de racionalizar y descartar con su fría
razón y lógica estéril. Me da vergüenza que alguna vez haya yo dudado del derecho
de los doce oficiales a mi lealtad y mi amor.
Cuando
estaba listo para salir, el primer oficial habló de nuevo. "Por cierto, yo
también creo que deberías saber que cuando nos quedamos viendo cómo la Sra. K. era
violada y apuñalada una y otra vez, estábamos sufriendo junto con ella, y
experimentamos exactamente el mismo dolor que ella tuvo, o tal vez más". Y
todos en la sala, incluido yo mismo, asentimos con la cabeza en señal de mutuo
acuerdo.
Traducido
de:
http://www.infidels.org/library/modern/mark_vuletic/five.html