En este diciembre, y todos los demás meses, cuídese de los ladrones.
De aquellos legal e ilegalmente constituídos para facilitar el acceso a bienes de consumo.
De aquellos indelicados que han transformado derechos básicos en negocios.

De aquellos que promueven ignorante dicha distractora.
De aquellos mercaderes de promesas sobrenaturales, probadamente engañosas.
Cuídese muy bien usted mismo, pues todos esos putrefactos vampiros,
a diferencia de los badulaques y malandrines tradicionales,
no usan cuchillos o armas de fuego.